11 de diciembre de 2006

¿Aparece o sale de mí? (y algunas cuestiones sobre la libertad)

Recién, mientras veía el quilombo de cosas que hay a mi alrededor e intentaba poner un poco de orden, me encontraba con distintas reacciones ante las diferentes cosas. Sentí fastidio ante algunas, satisfacción ante otras, cosas que guardé, cosas que tiré, cosas que dejé más o menos como estaban.

Y entonces me doy cuenta que todo eso que aparece ante mí y puedo ver, en realidad es una parte de mí que encuentra en esas cosas una forma de salir. Podría simplemente adorar, criticar o directamente no ver, no verme. Pero al no verme lo veo en los otros, en las cosas y me veo a mí misma de mal humor, con la tensión en aumento y es ahí donde soy sólo un sujeto, sujetada a mí misma a través de mi entorno. Entonces todo se vuelve lucha, búsqueda de justicia y de hacer entrar a otros en razón. La mayor parte del tiempo vivo así. Por suerte de vez en cuando me doy cuenta que “entorno” es “en torno a mí” y comienzo a verme como ombligo de mi propio mundo, sacando al resto de mi propio paisaje. Pero a veces ese paisaje es un cuadro pintado por otro y siento que no encajo o que no es ese el paisaje en el cual me siento libre. Y es aquí donde entra la cuestión de la libertad que, como no sé bien de qué se trata, busco definiciones (¡hasta la libertad tiene que encerrarse en una definición!) y encuentro en http://www.wordreference.com/definicion/libertad diferentes acepciones no del todo congruentes (para mí):

• f. Facultad que tiene el ser humano de obrar o no obrar según su inteligencia y antojo.
La inteligencia y el antojo, ¿son libres? ¿O también son prisioneras de lo que la falta de libertad mental y espiritual permitió tener al alcance?

• Estado o condición del que no está prisionero o sujeto a otro.
¿Se puede lograr el no estar (en ninguna medida, por más pequeña que sea) sujeto a otros?

• Falta de coacción y subordinación (trabajo con total libertad).
¿Acaso no estamos coaccionados y subordinados tanto socialmente como desde algo más interno como lo son los instintos?

• Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas, de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres (libertad de expresión).
Las leyes y las buenas costumbres, ¿representan libertad para todos o sólo para quienes las documentan y un par de tantos más?

• Confianza, franqueza (puedes contármelo con toda libertad).
Todo lo que tengo para decir, ¿tiene libertad como para salirse por la boca?

Osada familiaridad (más en pl.: se toma muchas libertades con el jefe).
Y aquí está la cuestión, si alguna vez se busca “ser” en libertad, ya es algo “osado” y lo osado está visto como “impertinente” (ja!).

• Falta de obligación (tienes libertad para asistir).
Creo que esta es la más practicada: siento libertad cuando creo que no siento obligación.

• Poder o privilegio que se otorga uno mismo.
… pero que debe respetar las leyes y buenas costumbres de algunos, tener en cuenta que de alguna u otra manera estamos subordinados a otros y encima está el tema de los instintos. ¡Creo que para poder encajar en esta definición tendría que ser algo así como Dios!

♦ Se usa sobre todo con el verbo tomarse: me he tomado la libertad de traer un amigo.
Es libertad siempre y cuando no sea algo osado, respete las leyes y buenas costumbres y no haya tenido que invitar a ese amigo sujetado por una obligación.

• libertad condicional der. Beneficio de abandonar la prisión que puede concederse a los penados en el último periodo de su condena, y que está sometido a la posterior observancia de buena conducta.
¡Uhh! Esto no tiene que ver sólo con lo penal, sino con lo psico-social. Alguien puede “darnos” el “beneficio” de obtener algún tipo de libertad - respecto a ciertas cosas- que, obviamente, será observada de acuerdo a los parámetros anteriormente definidos.

• libertad provisional der. Beneficio del que gozan los procesados, tras fianza o no, que no son sometidos a prisión preventiva en tanto dura la causa o juicio.
¡Ja! Creo que, en definitiva, este es el tipo de libertad que está permitido y que de una u otra manera todos gozamos, en tanto dura nuestra vida.

Luego de enlazar un poco lo que la sociedad establece con respecto a lo que la libertad “es” y cómo estas definiciones (o, mejor dicho, mandatos) fueron poco a poco metiéndose en mí a lo largo de mi existencia, puedo entender a “las cosas que aparecen” como juicios que quieren salir de mí. O sea, las cosas que de los otros me molestan, ¿me molestan porque también están en mí o porque no sé por qué motivo creo que no deberían estar en mí? Sé que no soy clara, estoy intentando desmarañar la cosa. A ver, ejemplifico con alguna supuesta boludez: me gusta el orden, pero no me gusta ordenar. Las cosas ordenadas se ven bien, pero ordenar es fastidioso. Esto de que las cosas ordenadas se ven bien, ¿es una verdad interior o es un mandato de buenas costumbres? El malestar que siento con el desorden, ¿tiene que ver con una necesidad intrínseca de orden o con no cumplir con ese mandato? ¿Cómo sería en este caso hacer uso del beneficio de la libertad de no ordenar si soy presa del mandato? ¿Cómo sería liberarme de este mandato?

Mmm… realmente no lo sé, lo único que se me ocurre es contratar personal para la limpieza y el orden de la casa y así seguir siendo presa del mandato pero sin transitar el fastidio de cumplirlo yo misma. Ja! Veo que mi libertad se restringe -por el momento- a vivir en un paisaje pintado por otros. Lo único bueno de esto es que me da la certeza de que más cosas seguirán saliendo de mí mediante las cosas que aparecen y quizás la única libertad que tenga sea decidir si quiero o no volver a elegirlas.

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