28 de diciembre de 2007

Ruptura

El dolor se quiebra.

Astillas de vida saltan.

La muerte

enyesada

ya no puede alcanzarme.


22 de diciembre de 2007

Desmalezando

El vecino del fondo
-ese que nunca barre la vereda-
acuchilló mi árbol
y lo dejó sin brisas.

Ojalá, se enoje la naturaleza
y le tire un rayo a su antena
(así queda más bobo que esos programas que mira).

10 de diciembre de 2007

Distancia profesional

Microrrelato de Alejandra Dening, integrante de la antología Muestrario de Palabras editado por Mi libro y yo, 2007. Para adquirirlo clic aquí.

Menos de cinco pasos los separan, pero él sabe que tampoco es una cuestión de química que ella sea tan inalcanzable. Quizás sea por eso que cada día, desde hace ya más de dos años, él usa el monitor para tatuar sobre el espejo de esos hombros una veintena de frases cursis que corrige hasta hacerlas sangrar. El aire se convierte en tornado cuando ella gira sobre su silla y él se marea en un rojo que le asfixia la cara. La vergüenza de su vergüenza lo obliga a esconderse en el mouse que le come la mano. Ella se acerca y él no la ve, pero un enjambre de espinas le avisa en la espalda. Ella le pregunta si quiere algo del kiosco. Él se queda sin voz y se siente un idiota, pero su brazo zurdo aspira un soplo de valentía para que un “no” desde el dedo índice responda por él. Y ella se va. Y él se auto-flagela en un centenar de gritos amordazados que lo envuelven en una pesadilla sorda sin tiempo ni lugar. La insistencia del teléfono lo obliga a un viaje de vuelta. Camina hasta el baño. Cierra de un golpe la puerta. Se moja la cara, se cachetea, se mira fijo, se intimida, se busca, se encuentra. Inspira profundo. Retiene el aire. Endereza la espalda. Obliga a su sí mismo a hablarle y que sea lo que Dios quiera. El valor se le mete en las venas y lo saca a empujones del baño. Se choca con alguien. No es alguien. Es ella. Es el frente del dorso espejado que él siempre besa. Es ella. Y él se siente otro y la mira con un beso. Y ella lo mira. Y él se ve. Y él se va.

5 de diciembre de 2007

No.No.Pero.


No me atrevo a acercarme
ni siquiera un milímetro.

No me atrevo, de veras, no me atrevo.

Pero tus labios tienen la medida de mi boca.